viernes, 9 de mayo de 2014

Carcosa e Isle of Unknown, cajones de arena de gato con caca

Animado por la calidad de Qelong me lié la manta a la cabeza y me dejé unos euros en otros dos productos de Lamentations of the Flame PrincessCarcosa e Isle of Unknown, otros dos sandbox. Y así como el Qelong es un ejemplo de un buen sandbox, estos dos no. Estas dos obras magnas son obra de un mismo autor, Geoffrey McKinney, y se nota.


Isle of Unknown nos describe una isla de corte mediterráneo y tufillo grecorromano poblada por criaturas extrañas y estatuas de todo pelaje. En el interior de este libro no hay una aventura como tal, ni una historia, ni una situación de partida, sino un listado de encuentros que pueden suceder en cada uno de los hexágonos en los que el autor ha dividido la isla de marras. 330 hexágonos nada menos. Y vosotros os preguntaréis: ¿y ha sido capaz de crear algo interesante para cada uno de esos 330 hexágonos? Ehh... no exactamente. De hecho no lo ha conseguido ni para tres. Los encuentros de Isle se dividen en tres categorías, a saber:
1- Un mago/clérigo de nivel x con x seguidores dándose un paseo por el campo.
2- Un monstruo mezcla de un colibrí/oso hormiguero/capibara/armadillo con un león/macaco/serpiente/iguana gigante y con un poder raro.
3- Una estatua de un niño/mujer/hombre/perro.
Y ya. Así 330 hexágonos. ¡Bravo! ¡El autor, el autor!


Por otra parte, Carcosa hace lo mismo pero a nivel planetario. Se trata de una descripción del planeta Carcosa de los mitos de Cthulhu, donde habita Hastur bajo el lago Hali y también, por qué no, el resto de razas primordiales y dioses primigenios batiéndose el cobre con hombres primitivos de varios colores y extrañas razas alienígenas. El libro de marras ofrece algo más que un listado de hexágonos: reglas para llevar esta reloca ambientación a tu mesa, reglas sobre robots, armas alienígenas, magia ritual de esa de violar y matar niños (tan de moda en productos para adultos), y reglas para crear horrores cthulianos de todo pelaje. Son todos estos aditamentos los que dan algún valor al libro ya que, en cuanto nos metemos en las descripciones de los hexágonos nos encontramos con el mismo grado de profundidad que en Isle of Unknown:
1- Un hechicero de nivel x con x acólitos/seguidores/guerreros sacrificando a una muchacha/niño junto a un monolito/piedra/ídolo/pozo.
2- Un grupo de alienígenas con un robot.
3- Un bicho informe que te vuelve loco solo con verle y si no te has vuelto loco nada más verle, se acerca y te mata.

Es cierto que, al proponer una ambientación propia, Carcosa puede ser más aprovechable para un director de juego emprendedor, pero llevará un trabajo considerable. Isle, por otra parte, no vale ni para limpiarse el trasero con ella, básicamente porque el papel es satinado y resbala, otro punto en su contra. Pero vamos, que así como Qelong reunía todas las virtudes que hacen bueno a un sandbox estos dos engendros reúnen todos los defectos que lo hacen malo: no hay argumento, no hay pnjs interesantes, no pasa nada, sólo es un listado eterno y aburrido de encuentros sin el más mínimo interés, fruto de la labor de un funcionario del Ministerio de Sandboxes empeñado en justificar la existencia de su puesto de trabajo. Esto sí que te vuelve loco al leerlo y no el Necronomicón.

¡Mis ojos, mis ojos!

Pero no todo es caca en estos dos productos. La edición, como viendo habitual en la etapa más reciente de la casa de James Raggi IV, es espectacular. La maquetación y las ilustraciones son una gozada, lo que da todavía más pena. Tanto esfuerzo para eso...

9 comentarios:

Carlos de la Cruz dijo...

Coincido contigo en que Isle of the Unknown es una mierda. Lo siento, porque el libro es bonito y tal, pero realmente es que no tiene ni pies ni cabeza.

Carcosa lo tengo en PDF pero no me lo he leído. El Síndrome de Diógenes Digital, ya sabes...

Unknown dijo...

Po a mí el de Carcosa me ha molado. :-(
Tengo ambos productos en formato digital. Uséase, que tampoco sirven para limpiarse el culo (a menos que utilices el iPad para... para... er...), y en el caso de Carcosa es un producto digno, bien diseñado en su encarnación electrónica y hasta útil. Lo del isle es otra cosa, una mera relación de encuentros raros, raros, raros de cojones. Caca. ¡Caca!
Del Geoffrey éste tengo también el Dungeon of the Unknown, mazmorra raruna en la que acontecen cosas caóticas antes siquiera de ponerte al asunto de repartir muerte por ahí. Ríete de lo del dado de daño cambiante del Carcosa...

José Viruete dijo...

El Carcosa lo tengo en físico y es un libro precioso. A mí la verdad es que sí me gusta aunque hay que trabajar mucho en cada entrada. Mucho o muchísimo.

Ahora, te digo que por lo aclamados que son, ESTA es la OSR a la que se refieren los popes.

josemasaga dijo...

Mucho me temo que Raggi va a ser de los que morirá del éxito. Sus últimos productos dejan bastante que desear, la verdad; curiosamente, la calidad de sus ediciones es, cada vez más, inversamente proporcional a lo que contienen...

Velasco dijo...

Mmm... @José Viruete no diría yo que esto es el OSR de marras. Para mí va mucho más allá. Aquí lo que veo es pereza, otros productos que ejemplifican el OSR como el Stonehell Dungeon tienen muchísima más enjundia. Puedes ponerte a jugar sin tocar nada, lo que es ninguno de estos dos casos.

Pirata Negro dijo...

Claro como sand box el Isles vale muy poco, sin embargo de vez en cuando lo utilizo para extraer una criatura, un mago o estatua, ya que sus efectos son bizarros, mientras por otro lado...el Carcossa se encuentra lleno de semillas de aventura, que sirven de buen punto de referencia para iniciar una aventura aun que yo sugiero cambiar todo a otro sistema, mucho trabajo, como dicen...

Ignacio Muñiz dijo...

Una pena leer esto sobre Carcosa, el libro es una maravilla, eso sí, no lo he leído.

Steinkel dijo...

¿Qué popes? La OSR es mucho más que Raggi & Co... es mucho más y es mucho menos.

FumetaMack dijo...

Coincido con el sentir general.

Carcosa: Cool

IoU: Sheeeeit

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