Cerradas todas las escuelas electorales, siendo las últimas las de abjuración y nigromancia, pasamos a interpretar los datos de la última encuesta planteada:
78 lectores han demostrado gran interés ante la pregunta: "¿Entiendes los Reinos Olvidados?", o por lo menos el interés suficiente como pararse a hacer "clic". Tampoco es que se hayan matado.
Una ambientación con enemigos así merece toda mi atención.
Un considerable 26% de los encuestados (21 votos) ha reconocido tener el mismo problema que yo y no consiguen pillar el concepto que hay detrás de los Reinos Olvidados, sospechando que incluso podría no haber concepto alguno y ser un batiburrillo (o conglomerado) de cosas a las que han buscado una relación como buenamente han podido.
La opción mayoritaria ha sido la de un 43% de los votos escrutados (34) perteneciente a los moderados, personas de considerable sensatez y mesura que dicen entender un poco de la ambientación, no todo (algo que, por otra parte, supongo que tampoco hace falta). Se trata insisto, de una opción propia de gente moderada, sensata, mesurada... de unos sin sangre, para entenderos.
Finalmente un 14% de los encuestados (11 votos) afirma entenderlos sin problema alguno, mientras que un 15% (12 votos) asegura ser un experto frikazo del tema al haber marcado la respuesta "Se dice Abeir Toril", sumando entre los dos un considerable 29% de los votos (23).
Como viene siendo habitual, si sumamos todos los porcentajes obtenemos un 98%, perdiéndose un 2% de los votos en la nada. Real como la vida misma, así nos va.
A tí lo que te pasa es que nunca te ha partida la boca una seta.
Pues... no, la verdad es que no.
Y ahora paso a comentar algunos de los comentarios vertidos sobre este tema:
Todos los expertos coinciden en señalar que la edición buena de los Reinos Olvidados es la de AD&D. Yo tengo la caja básica, la he intentado leer. Me ha resultado imposible. Por detrás de ésta se encontraría la de D&D 3.5. Yo tengo el escenario de campaña. Lo he intentado leer. Me ha resultado imposible. Y finalmente señalan su adaptación para D&D 4ª como uno de los grandes crímenes contra la humanidad perpetrados recientemente poniéndolo incluso a la altura de adulterar los pepinos que van para Alemania. Yo tengo el manual del jugador. Lo he intentado leer.... No hace falta que siga, ¿no?
Después de tantos años de vida es normal que los Reinos Olvidados hayan alcanzado un nivel de masa crítica que hace imposible acercarse a la ambientación para aquellos que no lo han hecho nunca, algo similar a lo que ocurre a los que intentan acercarse al Glorantha de Runequest y algo que, al paso que lleva, acabará ocurriendo más pronto que tarde a todos los que intenten acercarse al Golarion de Pathfinder. Sin embargo, los libros de los Reinos pecan de escribir como si supieras de qué porras están hablando cuando dicen Zentarim o Imaskari o Anauroch o Urdimbre, sin tener detalle de parar a decirte qué cojones es eso antes de continuar.
Por otra parte hay una idea clara detrás de Golarion, como la hay detrás de Eberron y la hay detrás de los Reinos de Hierro, una idea que se puede resumir en una o dos frases para que puedas decidir si la ambientación te gusta o no y el tipo de aventuras que puedes desarrollar allí.
Como notal final estoy totalmente de acuerdo en que la mejor forma de meterse en estos mundos mastodónticos es situar la acción en un lugar pequeñito e ir ampliando el radio de acción poco a poco. Lamentablemente me falta un producto que cumpla ese cometido: un pueblico, con uno o dos templos y un par de aventuras en las que me dejen entrever qué se cuece por ahí. Hasta entonces... me temo que no son para mí.