Estoy enfrascado elaborando material para
Dungeon Crawl Classics, ahora mismo enmarronado con el diseño de criaturas para un proyecto que espero llegue a buen puerto. La cosa va tan lenta como puede esperarse de alguien con trabajo, hijos y obligaciones de todo pelaje. En este momento intento reinterpretar algunos monstruos de toda la vida como el "ettercap", al que hasta ahora conocíamos como "trácnido" pero al que he decidido cambiar el nombre a "attercopus", la palabra de la que surge el nombre del monstruo y que sirve para designar a cierto tipo de araña prehistórica. Ya veis, sigo haciendo méritos para ser traductor de Devir.
No soy muy amigo de spoilers, pero al carecer de experiencia con el sistema de DCC me siento un poco perdido con los números. Esto es lo que me ha salido, a ver qué os parece.
Attercopus: Ini +3, Atq +6 dos garras (daño 1d3+1) o mordisco (daño
1d8 y veneno); CA 15; DG 5d8, Mov 30’, trepar 30’; Acc 2d16; Esp: telaraña, veneno,
infravisión 60’; SV Fort +4, Ref +4, Vol +2; AL N.
Telaraña: el attercopus produce una
fuerte seda adherente con las que se puede desplazar, fabricar trampas o simplemente
extender una telaraña. Cualquier criatura que toque la teleraña quedará
atrapada, y sólo podrá escapar de ella superando una prueba de Fuerza o
Agilidad CD 15. Una criatura que no esté atrapada en la red podrá quemarla
(dañando a las criaturas capturadas) o cortarla con una hoja afilada (CA 16, 5
pg para liberar a una criatura). Si se usa una hoja roma o un arma contundente ésta
quedará enredada. Los ataques cuerpo a cuerpo que tengan como objetivo a una
criatura atrapada en la telaraña tienen una posibilidad del 10% por ataque de
que el atacante también acabe atrapado en ella.
Veneno: TS Fort CD 13 o 1d4 daño
Constitución por asalto durante 1d4 asaltos.
Igual que el australopithecus es el
eslabón perdido entre los humanos y los simios, el attercopus es el eslabón
entre los humanos y los arácnidos.
A medio camino entre humano y araña, el
attercopus posee un cuerpo grueso de vientre desproporcionado, con dos brazos y
dos piernas delgados y fuertes compuestos de siete piezas y seis articulaciones.
La cabeza tiene tres pares de ojos y unas fuertes mandíbulas que surgen del
interior de la boca.
Los ojos son primitivos y muy sensibles
a los cambios de luz, pero poseen muy poca definición. Esta deficiencia visual
queda compensada con los pelos táctiles que le cubren la espalda y el dorso de
los brazos, que identifican las vibraciones transmitidas por el aire y
funcionan como una especie de radar. Al igual que las arañas, el attercopus
produce una seda que utiliza como adhesivo, medio de locomoción y fabricación
de trampas.
Los attercopus son depredadores solitarios
que sólo se relacionan brevemente con otros miembros de su especie con el fin
de reproducirse. Son ovovivíparos, es decir, que ponen huevos pero estos
permanecen dentro del cuerpo de la hembra hasta que el embrión está
completamente desarrollado. La eclosión se produce inmediatamente antes
del parto, y las crías se abren paso al exterior devorando el cuerpo de la madre,
que será su primer alimento.
Aunque no disfrutan de la compañía de
los suyos sí se rodean de arañas de todo tipo y tamaño con las que empatizan y forman
peligrosas comunidades.
Quién sabe si dentro de miles de años
los descendientes del attercopus serán la especie dominante de la tierra.