La monstruosidad en la caja.
En esencia, Mice and Mystics es un juego cooperativo de tablero de mazmorreo al estilo Descent, Heroquest o D&D 4ª cuyos protagonistas, el Príncipe Collin y compañía, se han transformado en ratones como única posibilidad de escapar de las garras de la malvada bruja Vanestra, a la sazón madrastra de Collin y casada en segundas nupcias con el rey. Ahora, convertidos en roedores miomorfos, se dan cuenta de que frustrar los planes de la buena mujer para dominar el mundo es algo más difícil que cuando medían diez veces más y tenían pulgares oponibles.
Esta historia se estructura en una campaña dividida en capítulos (misiones, para entendernos), incluidos en un libreto que te indica el objetivo, las losetas necesarias, los ratones protagonistas y las reglas especiales y, además, incluye fragmentos de un relato que se va leyendo a los jugadores a medida que avanzas, no sólo en la campaña, sino también a lo largo del capítulo, reforzando el carácter narrativo-rolero del juego.
El reglamento es bastante sencillo, haciéndolo bastante accesible a los jovenzuelos de la casa. No voy extenderme pormenorizando las reglas porque, si os interesa conocerlo con más detalle, podéis encontrar un videotutorial en la página de Masqueoca (¡ENLACE!). Eso sí, el folleto no brilla por la claridad en la exposición por lo que los esforzados padres tendrán que romperse un poco la cabeza para pillar alguno de los conceptos importantes. Pero bueno, nada de lo que un rolero de pro no sea capaz. Si has entendido El rastro de Cthulhu puedes pilotar un Airbus leyendo el manual de instrucciones.
La monstruosidad desplegada.
Los componentes del juego son muchos, muchísimos, a cascoporro, despliegas todo eso y parece que vayas a jugar a Warhammer Fantasy Roleplay; y muy bonicos: incluye losetas bonicas, miniaturas bonicas, dados bonicos, contadores bonicos, cartas bonicas... pero eso hace que el juego cueste la friolera de 75 euracos del alerón. Yo quise darme el capricho y el gustazo de jugar con mis chavales, pero comprendo que no está al alcance de todo el mundo.
Mi primogénito de 6 años y yo ya hemos jugado unos cuantos capítulos y la verdad es que la dificultad es bastante elevada. Hemos tenido que repetirlos varias veces hasta conseguir superarlos. Otra posibilidad es que la dificultad no sea gran cosa pero que mi hijo haya salido a mí y hasta el 3 en raya supone todo un desafío para nosotros. Aun así, esto no deja de tener sus ventajas: este elevado grado de dificultad acentúa el subidón cuando conseguimos superar una misión y, cuando no lo conseguimos, le habitúa a la derrota y ayuda a soportar el fracaso y gestionar la frustración, algo que a mi hijo y a los hinchas del Real Madrid les viene muy bien. Además, al tratarse de un juego cooperativo no hay conflicto entre los jugadores y, si palmamos miserablemente, la culpa es de este juego retorcido y malvado, no de papá, que hizo todo lo que estuvo en su mano.
Y luego ya, si estás jubilado y no tienes obras cerca,
puedes pintar los muñequitos.
4 comentarios:
Y no has comentado lo mejor, si vale para jugar con los críos vale también para jugar con la novia!! Yeeeha!
¿Que tiene rolear con ratones con espada y capa que tanto me atrae? ¿Que carajo me pasa?
A mi todos estos juegos mazmorriles herederos del heroquest me encantan, el problema es la pastaca que valen. Y ya nos compramos el Descent y la verdad no nos gustó tanto... Que conste que la mitad de los roleros compramos estas cosas para tener más stock de miniaturas, tokens, tableros y demás... decir la verdad ¿A que sí a que sí?
Eh, pues no pinta mal.
Ayer miércoles lo jugamos, tres padres de peques de 6-7 años. La mecánica se pilla rápido y el aspecto está muy cuidado. Pero, por lo menos el primer capitulo (tal vez casi un tutorial) nos resultó muy sencillo. En cualquier caso ahora que lo tenemos será cosa de ponernos a amortizarlo ^^.
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