viernes, 12 de febrero de 2016

Tipología de jugadores de rol ampliada

El líder, la novia, el actor, el munchkin, el rules lawyer... tradicionalmente el corpus teórico rolero clasifica a los jugadores atendiendo a su actitud ante el juego. Se pueden encontrar cientos de páginas dedicadas a este tema en internet e incluso en algunos manuales de rol, normalmente en las guías del director de juego en las que algo hay que poner para rellenar 300 páginas y ya le hemos dedicado unas cuantas a la temperatura ideal para una partida de rol, en qué lado se pone el pan y en cuál la servilleta, y una explicación detallada de la maniobra de Heimlich por si alguien se traga un dado. 50 euros bien gastados de rol en estado puro.

Pero siento que en estas tipologías clásicas hay un vacío, siento que hay colectivos que no se ven representados y que se debe atender a otros criterios que no sean el grado de conocimiento de las reglas. Mi experiencia personal, que a estas alturas no es poca, me ha revelado la existencia de otros jugadores que se adscriben a otras categorías, categorías que atienden a profundos y complejos criterios psicológicos. Y es que no hay nada como invitar a alguien en una partida de rol para descubrir su verdadera personalidad. Si algunos os sentís identificados en alguna de ellas, no os preocupéis, yo también.

Así, creo conveniente añadir a...

El jugador cuñado: este jugador sabe más que tú de todo. No hay que confundirle con un rules lawyer, no es que conozca el reglamento del juego mejor tú (que lo conoce) sino que sabe más que tú de TODO. Este tipo de jugador te discute cualquier decisión que tomes como director acudiendo a los peores argumentos posibles: los datos. No sólo te dice que con una cuerda y un garfio de escalada no se puede trepar una pared mojada, sino que te explica por qué, y también te explica cómo se hace para orientarse en un subterráneo, y ya que está te dice cuántos fuegos debería tener tu vitrocerámica,  y a qué colegio deberías llevar a tus hijos porque el mayor lee muy mal para la edad que tiene.

¿De boxeo? También. De tó.

El jugador alcohólico: para este jugador la partida es lo de menos, ha tenido una semana de mierda y lo único que desea es refugiarse en los vapores del alcohol. La partida es la excusa perfecta porque, reconozcámoslo, decir "cariño, me voy a jugar al rol" suena bastante mejor que "cariño, me voy al bar a ponerme como las Grecas". Se le reconoce rápidamente porque se sienta, agarra la botella y, cuando ya se ha bebido hasta el frasco de Varón Dandy, se cubre con una capucha y se queda dormido en una esquina hasta que alguien le despierta y le manda para casa. En este grupo me enmarco yo.

Atago al orgo gon mi argo gorto...

El jugador frustrado: si no fuera por el rol estaría quemando mendigos en los cajeros. Para este tipo de jugadores el rol es una vía de escape de todas sus frustraciones y complejos. Acude a la partida sin más intención que matar, violar, saquear, derrocar un gobierno y convertirse en el soberano para que nadie le diga lo que tiene que hacer y poder imponer su voluntad gobernando con mano de hierro porque, joder, ya está bien de que todo el mundo me de órdenes y me diga lo que tengo que hacer, ¡cojones, ya! ¡Merezco un respeto! En este grupo me enmarco yo cuando no me enmarco en el grupo anterior.

¿Iniciativa? ¿Quieres que tire iniciativa?

El jugador amigo de no se sabe quién: seguro que alguna vez has visto en tu mesa a un chaval que no sabes muy bien quién es y asumes que es el amigo de algún otro de los presentes, que a su vez asumen que es el amigo de algún otro de los presentes. Esta presunción se mantiene durante años hasta que un día habláis y resulta que no es amigo de ninguno.
- ¿Mío? Creí que era amigo tuyo.
- ¿Cómo que amigo mío? Si yo no le conozco de nada, yo pensé que era amigo de éste...
Insisto en que pueden pasar años hasta que se le desenmascara. Luego desaparece de forma tan misteriosa como apareció o se casa con tu hija.

Hola, me he enterado de que hoy hay partida.

El jugador pnjófilo: si algo que le gusta a este tipo de jugador son los pnjs, le pirran, quiere saber cosas de ellos en las que tú, como director, jamás habías pensado que ibas a necesitar, empezando por su nombre. En cuanto aparece un pnj corre a hablar con él. Primero le pregunta por algún rumor interesante, para disimular, pero luego continúa preguntándole a qué se dedica, cómo va el negocio, si tiene familia, si se considera un hombre religioso, si está a favor de la legalización del aborto, o si ha visto colmadas las expectativas vitales que tenía cuando era un adolescente. Te deja la partida de mazmorreo como una película de Lars Von Trier.

Pobre Yorik, yo le conocí...
sí hombre, que tenía una prima que se llamaba Virtu que tenía un puesto de flores, acuérdate, la chiquita esta morenita que se casó con aquel tío que era mucho mayor que ella, que el verano pasado la vimos en el río y estaba de seis meses, que tuvo un parto muy difícil porque el niño venía de nalgas y al final hubo que hacerle cesárea...

El jugador que monta el pollo y luego no va: 
Lunes, conversación telefónica:
Tío, hace mogollón que no jugamos, tenemos jugar; pero a la voz de ya, sin excusas. Tengo un mono de rol que no puedo con él. Quedamos este finde, el viernes, ¡y el que no pueda venir que no venga y a tomar por culo, se juega sin él! En tu casa, eso sí, que en la mía es imposible, que tengo el salón muy desordenado. Tampoco te líes a cocinar, ¿eh? Hazte unas pizzas y listo. Yo no voy a poder pasar a comprar birras porque salgo tarde del curro, pero luego echamos cuentas. Y ya que la partida es en tu casa dirige tú algo, que así no tenemos que ir cargando con libros de acá para allá. No sé, a lo que quieras, ¿eh? Un one shot o algo, tampoco te curres una campaña, si lo importante es juntarnos. Tú haz unos pnjs y así no perdemos tiempo haciendo fichas. Y como el Chuli y el Cabra no pueden ir he avisado a unos colegas míos para que podamos ser seis jugadores; tú no les conoces de nada pero son gente guay, ya verás. Les he dado tu dirección.

Viernes noche, todos esperando en la mesa de tu cocina (incluyendo dos señores que no conoces de nada), recibes un whatsapp:
Uf, paso de ir, estoy doblado. Me voy ahora mismo al sobre. Ya me contaréis.

Ole - tus huevos - toreros.

Y hasta aquí llega mi aportación. Seguro que me faltan muchos tipos más, pero esos los dejo para la siguiente guía del director de juego.