Mola... creo.
A lo que iba, que con vistas a hacer una reseña en este vuestro blog, me estoy leyendo el Mutant Chronicles... desde hace meses. Ya me va quedando menos, igual para julio si me lo llevo a la playa me lo termino. Y no es porque no me esté gustando, que me está gustando mucho, sino porque los manuales de rol son cada vez más grandes. Son unos tochos de flipar. Tienen más palabras que un discurso de Fidel Castro. Y ya digo que no es un problema exclusivo del MC, es un problema muy común en los juegos recientes.
Los juegos están sobreproducidos: portada con partes brillantes o fosforescentes o grabadas en piel de bebé, ilustraciones a color de reputados profesionales del pincel de photoshop, el fondo de la página también a color, porque vale que Guttemberg, los oftalmólogos y hasta Sanchez Dragó llegaron a la conclusión de que lo suyo es letra negra sobre fondo blanco pero ¿qué mierdas saben ellos de matar orcos?
Y luego ya, si aportas el nivel mega-premium-plus,
te mandamos el libro tatuado en 50 muchachas.
Y un lápiz con goma.
Yo he dejado de hacer reseñas en parte porque ya soy incapaz de leerme los manuales. Sí, soy uno de esos locos románticos que cuando se compra un manual se lo intenta leer entero porque, ¿no se ha molestado un señor en escribirlo? Pues yo me lo leo, por no hacerle un feo. Pero cada vez resulta más difícil y más pesado porque cada vez son más largos e incluyen cada vez más tontás. Se ven unos capítulos dedicados al equipo que son para enmarcarlos. Primero por la cantidad de productos listados, que hay inventarios del Alcampo que ocupan menos, y luego porque dedican un pequeño párrafo a todos y cada uno de ellos. Porque claro, tú lees "15 metros de cuerda" y no sabes a qué mierdas se refieren con ese concepto críptico e ignoto, necesitas un texto en el que te expliquen que una cuerda es un conjunto de hilos entrelazados que forman un solo cuerpo largo y flexible que sirve para atar, suspender pesos, etc... y así 15 metros, unidad de longitud del sistema internacional, que originalmente se estableció como la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre, pero que hoy, con más precisión, se define como la longitud del trayecto recorrido en el vacío por la luz durante un tiempo de 1/299 792 458 de segundo.
Eso sí, luego en esas 500 páginas no encuentran un hueco para meter una puta aventura de ejemplo.
Para que con muchos de los manuales actuales pasa igual que con muchas de las películas actuales, que como les sobra el dinero ya meten espectaculares escenas de acción y efectos especiales con el único objetivo de gastárselo. Ya que lo tenemos... ¿verdad? Pues viene un cohete lleno de dinosaurios y se estrella ahí al fondo mientras el chico y la chica se besan.
En la simplicidad está la grandeza o algo.
No hace falta, de verdad. Yo creo que hasta es contraproducente. Esos libracos intimidan. Te echan, te mandan a jugar al Magic. La historia ha demostrado que se pueden hacer las cosas con un poquito más de mesura. El manual de Cthulhu Dark Ages, por ejemplo, no llega a las 180 páginas. Incluye reglamento, ambientación y una aventura bastante generosa. Blanco y negro, ilustraciones escasas y de baratillo. Y luego ya, si quieres, pues te compras libros de historia, aventuras o un clavicordio para ambientar tus partidas, pero ya que salga de ti y de lo zumbado que estás y lo friki que eres.
Bien, ¿no? Estáis de acuerdo, verdad? Guay. Pues todo esto lo digo cuando estoy a meses de lanzar un mecenazgo de un manual de 500 páginas con un zurrón de stretch goals y una edición especial encuadernada en falso cuero. No dejéis de aportar.