martes, 30 de mayo de 2017

Solgaleo con los estibadores

A veces la vida de un padre tiene recompensas inesperadas. Ayer volví a casa después de uno de esos días de trabajo en los que te preguntas por qué no hiciste una ingeniería, una FP de fontanería o cualquier otra cosa que no fuera tan lesiva para la humanidad como tu profesión actual cuando, bebiéndome un descafeinado sobre la mesa por no meterme un whisky a las ocho de la tarde, reparé en una carta de Pokemon que mi hijo se había dejado sobre la mesa de la cocina. Se trataba de un Solgaleo EX más pirata que el fiscal Anticorrupción.


Era una de esas cartas que venden en los chinos, una falsificación traducida con el google translator con la que, por esas piruetas del destino, el traductor había conseguido algo mágico. No os perdáis el nombre del mortífero golpe de este pokemon legendario:


Huelga de Sunsteel. Maravilloso. Se ve que Solgaleo un pokemon tipo Sindicalista. Me encanta el concepto de un pokemon que incita a la huelga. ¡Huelga de pokemon! ¡Que los entrenadores se partan la cara entre ellos! ¡Por un sueldo digno! Y cuidado que es una flor de hostia, que hace 230 puntos de daño.  En fin... es lo que tiene traducir "strike" de forma automática.

Además, si os fijáis, la carta tenía otra pirueta lingüística, aunque no tan buena como la anterior.


Aparte de que hay mayúsculas y minúsculas como si un macaco hubiera estado saltando sobre el teclado del ordenador, hay que destacar: "Luego, mezcla su cubierta", que es lo que te puede salir de traducir "deck", "mazo" como "cubierta".

Y supongo que son cosas como esta las que me hacen seguir viviendo.

lunes, 22 de mayo de 2017

El corazón del minotauro

El viernes tuvimos nueva partida de nuestra campaña de Clásicos del Mazmorreo, a niveles épicos. Si, ya estamos en nivel 1 y eso es el acabose: vuelan las hostias, los conjuros y la intervención divina de las deidades del caos.

El caso es que, después de la magistral Intriga en la Corte del Caos que dirigió Josemasaga me tocaba a mí agarrar la batuta, y no sabía por dónde tirar. Los PJs acababan de afincarse en Punjar y me apetecía dirigir una aventura urbana. El problema es que, aunque CdM tiene un zurrón de aventuras muy majas, Jose se las ha leído casi todas, lo que me limita bastante el radio de acción. Entonces me acordé de The heart of the minotaur, una aventura del One Page Dungeon de 2011 que en su día me gustó mucho y que, haciéndole algunos cambios y convirtiendo las cavernas en una mansión decadente del Viejo Punjar, podría funcionar. Y la verdad es que pitó bastante bien. No deja de maravillarme todo lo que el autor consiguió plasmar en una sola hoja.

El corazón del minotauro... ¿de qué irá la aventura?

Total, que como hice una traducción de andar por casa, la cuelgo aquí para uso y disfrute del personal. No colgaré la adaptación porque cambié algunas cosas y creé algunos encuentros y detalles que espero aprovechar para otras aventuras. La verdad es que no he pedido permiso al autor para traducirla y colgarla, pero en siendo Creative Commons supongo que no habrá problema. Y si no, pues nada, que me manden a la cárcel, al pabellón ese donde meten a todos esos que se descargan cine español.

Podéis descargar la aventura traducida desde este ¡ENLACE!

viernes, 12 de mayo de 2017

Walpurgis, el retrojuego de rol de fantaterror

Cada vez me cuesta más participar en proyectos de mecenazgo, ya no tengo ese entusiasmo juvenil y esas ganas de sufrir porque no me llega lo que he pagado. El otro día, sin ir más lejos, me llegó el segundo módulo de Appendix N, The Vile Worm, un mecenazgo en el que participé en el año 2012. ¡En el 2012! Cinco años para recibir un módulo de 8 páginas en formato A5. En defensa de su artífice, John Adams, de Brave Halfling Publishing ENLACE!), hay que decir que nos ha mantenido informados al detalle de todos los desastres, dramas y tragedias que han sucedido en su vida y han provocado el retraso de la entrega del proyecto. Y aún así el tipo sigue empecinado en entregarlo; muchos otros ya se habrían dado por vencidos. A mí me parece admirable.

¡Ta-daaaaaa!

Total, que cada vez me cuesta más darle mi dinero a unos extraños. He dejado de apoyar esos proyectos de libros que acabaré pudiendo comprar en cualquier tienda (muchas veces antes de que los mecenas reciban sus ejemplares) y me estoy empezando a tomar esto del mecenazgo como lo que realmente debería ser: poner pasta para que unos locos románticos puedan sacar un proyecto adelante. Eso sí, para que afloje la mosca, el proyecto tiene que despertar mi interés. Y así sucedió con Walpurgis, el retrojuego de rol de fantaterror, editado por Saco de huesos, una modesta editorial dedicada a la literatura de género (¡ENLACE!).

¡Mételo todo en la portada!
¡No te dejes nada!

En el mercado de los juegos de rol patrios resulta muy difícil encontrar una premisa que sea nuestra, pero nuestra de verdad, no agarrar un concepto yanki y cambiarle dos bichos (que es lo que suelo hacer yo). Por eso, cuando leí la premisa de Walpurgis me quedé todo loco, es la típica idea que al leerla te da hasta rabia, te dices: "¿cómo no se me ocurrió a mí?". Y es que estamos ante lo que sus autores han bautizado como "un retro juego de rol de fantaterror", nombre con el que se conoce al género de cine fantástico y de terror producido en España durante los años 60 y 70 (aunque se puede ampliar a otros países europeos como Italia, Alemania y Portugal). Se trata de películas que oscilan entre lo kistch y lo cutre, entre lo original y lo delirante, con su generosa ración de gore y de desnudos gratuitos, las películas que encumbraron a Paul Naschy, a Jess Franco y a Amando de Ossorio.

El formato es chiquitico y apaisado, tipo libreta. El típico formato de libro que no entra en la estantería ni pa' Dios, algo así como el 300 de Frank Miller, un libro pensado para clavártelo en la pantorrilla cuando vuelves a casa borracho. Afortunadamente Walpurgis es de menor tamaño que el de la fiesta de los nabos espartanos. Tampoco esperéis grandes locuras de diseño y maquetación, a excepción de la demencial extravagancia de que el fondo es totalmente blanco y la letra totalmente negra. ¡GRACIAS, SACO DE HUESOS!

Este desnudo está totalmente justificado: 
ella es albañil y se le ve la hucha cuando se agacha a poner azulejos.

El contenido no defrauda, o al menos a mí no me ha defraudado. Se trata de un juego de terror castizo, lo que sería Llamada de Cthulhu si se hubiera creado ese juego a partir de los bolsilibros de Terror y los comics italianos de fornicio y muerte tipo Horror Sukia que plagaban los kioskos en los años 70, con sus arquetipos de personaje y sus reglas de cordura. Cabe destacar que siempre debe haber un personaje jugador maldito, ya sea afligido por el vampirismo, la licantropía o cualquier otra maldad que se le ocurra al director de juego, para asegurar una buena dosis de drama, tragedia y angustia existencial, en pelotas a ser posible. El sistema es... bueno, es un poco lo de menos. Es ligero y un poco cualquier cosa, las habilidades y atributos tienen asignadas parejas de dados de distinto valor que pueden estallar cuando se obtiene dobles. Todavía no he tenido ocasión de ver qué tal funciona en la mesa, pero lo que está claro es que no va a entorpecer la narración. Curiosamente, en Walpurgis no se limitan al terror de zarzuela y también se incluyen reglas y arquetipos para abordar el género pandillero ultraviolento, el postapocalítico psicotrónico y la ciencia ficción de papel Albal. Y para rematar el libro... ¡un zurrón de aventuras, como en los juegos de rol buenos de antes!

El más grande, amigos.

Lamentablemente, no todo va a ser loas. Las ilustraciones interiores se concibieron en color y al imprimirlas en blanco y negro quedaron convertidas en manchurrones grises. Que tampoco nos podemos poner exquisitos teniendo en cuenta que el libro cuesta 13 euros, pero da un poco de pena. También se echa en falta que profundice un poco más en las claves del género. Se tratan de forma somera y se espera que el lector las extraiga de la lectura de las aventuras. Y en cuanto a esas aventuras... las hay que están mejor, las hay que están peor, y las hay que requieren que el director ponga bastante de su parte, pero me da la sensación de que con un poco más de trabajo podrían haber quedado para enmarcar. La aventura ambientada en Zaragoza en la que aparece Paul Naschy está plagada de buenas y prometedoras ideas pobremente implementadas. Hay un batiburrillo de tramas y pnjs al que va a costar mucho dar coherencia. Me da rabia por lo que podría haber sido.

Y esta otra muchacha de equilibrio inestable de regalo.

En definitiva, muy satisfecho con haber colaborado para que este producto saliera adelante. Mis ínfulas de Medici se han visto colmadas. Walpurgis es el que para mí debería ser galardonado como juego del año, por su originalidad, contenido, extensión y, sobre todo, por el fondo de página blanco.