viernes, 15 de diciembre de 2017

Moñecos: Los campeones de Steelheart

Por mi cumpleaños me regalaron el Shadespire, un juego al que le tenía muchas ganas. En inglés, eso sí, porque para tenerlo en spanglish... prefiero la versión original, que además me ahorro bastantes erratas. El juego me ha parecido muy bueno; tan bueno, que no parece de Games Workshop. Entre sus grandes virtudes se encuentra la duración de sus partidas, que no pasan de veinte minutos y que las bandas que se usan para el juego son de pocas miniaturas: entre tres y siete. Eso, para alguien que pinta a la velocidad que pinto yo, supone toda una bendición. Además, el reglamento es bastante sencillo; mi hijo, de nueve años, lo ha entendido a la perfección y me ha pateado el culo varias veces.


Total, que agarré los pinceles y me puse a engorrinar los Campeones de Steelheart. Los he pintado siguiendo el esquema oficial porque si lo pinto con otro me da ansiedad. ¿A vosotros no os pasa? ¿No? Qué equilibrados... Hay que reconocer la astucia de los de Games Workshop al diseñar esta facción y este esquema de color: son ideales para que los pinte gente que no sabe pintar. Basta con darles la base de metal, un bañico de tinta y eso queda de lo más resultón. No tienes que preocuparte de caras, ni pelo, ni piel... nada. Eso sí, luego en la mesa parece que llevas a C3PO y dos de sus primos.

Aquí Severin Steelheart, aquí unos amigos...

Obryn the Bold (el bravo, el cojonazos)...

Y Angharad Brightshield

Cuando terminé de pintar a la muchacha me di cuenta de que me gustaban más las hojas de la peana si las hacía de varios colores y corregí a los anteriores. Y por lo que veo ahora, le reposicioné el brazo del martillo de forma accidental. Es lo que tiene ser un manazas.


Las fotos no son gran cosa porque las hago con la luz del techo de la habitación y la cámara del móvil. Así soy yo, me gusta cuidar los detalles. Ahora toca ir a por los Orruks (no son orcos, ¿eh? Son orruks, no tienen nada que ver), que son con los que a mi hijo le gusta humillarme.