miércoles, 23 de enero de 2019

La manta a la cabeza.

Máscaras del Imperio está a puntito de salir a la venta. Esto ya lo sabréis por la brasa que os hemos estado dando en redes. Ya lo siento. La distribución supone el final de un largo y tortuoso proceso que dio comienzo allá por el año 2011. Ocho años, que se dice rápido, mareando a editores y colaboradores, escribiendo y reescribiendo sistemas de juego y, finalmente, dando un paso atrás (yo creo que acertadísimo) para dejar la criatura bajo el control total de Josemasaga y supervisión de Rodrigo García Carmona. Yo ya estaba enloquecido. Y la verdad es que el resultado es para estar orgullosos. Que sí, que tendrá sus erratas, sus puñetas y sus cosas, pero ha quedado justo como lo concebimos en su día, como el fruto de una búsqueda de algo nuestro, de un género propio, algo que buscamos primero en las novelas pulp, después en los folletines y finalmente encontramos en los cuadernos de aventuras. En este sentido, contar con las ilustraciones de Luis Miguez y la maquetación de Diego Menéndez han supuesto una auténtica bendición.

Aquí la criatura.

Este lanzamiento resulta, además, especialmente emocionante para nosotros porque nos la estamos jugando. La inversión de tiempo y esfuerzo que le hemos destinado a este proyecto es incalculable. Basta con ver la panzada de partidas que ha hecho Jose por toda España, llevando a cuestas utillería como para representar La Venganza de Don Mendo. Lo que sí podemos calcular al dedillo es la inversión económica, que en su día decidimos convertir en inversión de riesgo publicando el libro de forma tradicional, sin mecenazgo. Hemos notado que cuesta mantener con vida los juegos publicados mediante esa fórmula. Prácticamente todos los interesados lo adquieren durante la campaña y luego cuesta horrores vender un ejemplar más. El caso es que para poder hacer eso tuvimos que utilizar los dineros que Other Selves lleva ahorrando desde las ventas de la primera edición de La Puerta de Ishtar, motivo por el cual tenemos un poco parada nuestra producción. Hasta que no se recupere la inversión no hay dinero para publicar más cosas. Y con esta confesión espero conseguir que los aficionados a Clásicos del Mazmorreo se compren una copia.

Ahora se pueden producir dos escenarios posibles: a) que a la larga el juego funcione mejor que con un mecenazgo, o b) que nuestro agudo análisis del mercado editorial haya sido una mierda, nos demos una señora hostia, perdamos pasta, arrastremos a Rodrigo a la ruina, haya que cerrar la editorial y acabemos malvendiendo nuestras licencias y nuestros cuerpos por un cartón de vino. Comprenderéis que lo encontremos emocionante. Y que hayamos hecho un poquito de spam.