jueves, 12 de noviembre de 2020

Y otra de pastores

Marchando otra de garrapatos. Con estos tres bicharracos fúngicos y sus señores pastores doy por concluida la serie de Kev Adams. Me faltarían los goblins montados en garrapatos saltarines, pero no parecen fáciles de conseguir.


He vuelto a añadirles pedruscos y setas de masilla verde a los pastores para rellenar la gigapeana, y a pelearme con el negro de las túnicas. ¡Qué mal se me da pintar negro, no lo conseguiré en la vida! Hasta me compré una de esas cajas de colores para tontos y cuando la uso me queda mal, me queda gris.

En cuanto a los cabezones con uñas, los he pintado de otros tres colores distintos, a la antigua usanza. Un día de estos les haré auna foto a todos juntos, para que se vea bien la cabalgata del orgullo.



Y con esto pasamos al siguiente proyecto: la restauración de un Grom el Panzudo con su carro de lobos. Tardaré la intemerata en completarlo, así que igual voy colgando fotos del proceso y, entre pieza y pieza, pintaré alguna otra cosa para no acabar aborreciéndolo.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Pastores de garrapatos

Otra incursión a la caja de miniaturas viejunas ha resultado con el hallazgo de unos garrapatos con sus pastores correpondientes. Eso me hizo recordar lo mucho que me gustaban los goblins. No había bichos que me gustaran más cuando empecé a engorrinar miniaturas, e incluso llegué a jugar un campeonato de Blood Bowl con un equipo de goblins (con el desenlace esperado, medio equipo muerto). Lamentablemente, con el tiempo trasladé mis preferencias a otras facciones más "molonas" (y juegos; de hecho, en mi vida he jugado una partida de Warhammer). Así que decidí recuperar un poco de amor goblinoide y darles unas sesiones de chapa y pintura.

Lo primero que hice fue buscar peanas adecuadas en las que montarlos, cuadradicas para los garrapatos y una de caballería para los pastores. Como les va un poco grande y sobra peana por todas partes, decidí rellenársela un poco con un par de pedruscos y unas setas hechas con masilla. Es mi segunda incursión con la masilla, pero estoy bastante satisfecho con su setosidad.

En cuanto al esquema no me he roto la cabeza y he pintado a los pastores como goblins nocturnos de los de toda la vida de dios. Si los diseñadores eligieron ese, quién soy yo para cuestionarles, que casi no tengo estudios.

Me ha llamado la atención el carácter "egipcio" de esta miniatura: hay que verla de perfil, si se pone de frente no se ve nada.

Por su parte, para los garrapatos, en lugar de pintarlos a todos de rojo, preferí el estilo oldhammero tirando a gaypride de un color para cada uno. Así nacieron Naranjito, Citronio y Fresote.



En la caja estaba también el otro modelo de pastores, aunque no había más garrapatos, así que he estado rebuscando por ebay y me he hecho con los tres que faltaban, eso sí, a precio de oro o tóner a color. Los iré pintando poco a poco, en parte por placer, y en parte porque entre pastores y garrapatos me salen 8 miniaturas, lo que podría ser una unidad de 8 guerreros de Saga Age of Magic... Mmm... Goblins...

viernes, 28 de agosto de 2020

Orco de Marauder

Desde que el mundo se colapsó y empezamos a vivir este apocalipsis cutre, mi visión de la vida ha cambiado un poco. Afortunadamente no tenemos nada que lamentar más allá de esa incertidumbre generalizada de la que no se libra nadie: ¿Nos quedaremos sin trabajo? ¿Los niños tendrán colegio? ¿No será mejor que se queden en casa? ¿Cuánto más voy a engordar este invierno? En mi caso soy de esos pocos preocupados con pillar el virus. La idea de pasar un mesecito en un hospital masificado meando en una sonda no me termina de seducir, así que hemos reducido el contacto social a lo estrictamente necesario, ya sabéis: miembros del nucleo familiar y compradores de wallapop. Ni partidas de rol, ni juegos, ni ná. Un poco como antes, pero con la excusa de la pandemia.

Total, que ante la imposibilidad de jugar a nada (si no es con mi hijo, y el pobre ya tiene cosas mejores que hacer que entretener a su padre), mis necesidades a la hora de pintar miniaturas han cambiado. Ya no tengo grandes objetivos como ejércitos o bandas que se van a quedar en la estantería. Y conste que digo "tener objetivos" no "conseguir cumplirlos". Soy un desastre pintando ejércitos. Ahora me dedico a rebuscar entre las cajas de miniaturas a ver qué encuentro, y entre los últimos hallazgos me he topado con un Regimiento Orco de Marauder del año 1991, 29 añitos tienen los bichos, más que Miley Cyrus. Conste que no son míos, sino fruto de la limpieza del trastero de un buen amigo. Agarré uno, lo adecenté, le conseguí un escudo (por wallapop, obviamente), y le pegué unos brochazos.

Vale, no es ninguna maravilla... hoy; pero en el año 1991 si no me dan la Golden Demon hubiera quedado entre los tres primeros. A esto de pintar minis de cuando gobernaba la Thatcher es a lo que se llama "oldhammer", y la verdad es que tiene su punto. Se tarda mucho menos en pintar una miniatura viejuna que una de las de ahora, que están llenas de pijadas y mierdas que tampoco hacen tanta falta. Un troloide de Hordes normal lleva correas, bolsitas, piedritas y amuletos como para poner un puesto de collares en Formentera; y luego se muere con 1 punto de daño. Igual me pinto alguna más. O el regimiento entero...

viernes, 27 de marzo de 2020

Moñecos: Guardia Sepulcral

Poco a poco esto se va convirtiendo en un blog de muñequitos. Los motivos son muchos. En primer lugar, la clásica falta de tiempo libre. Tengo poco, y el poco que tengo lo dedico a traducir o escribir para nuestra nimioeditorial. Lo que me lleva al segundo motivo: al formar parte de una editorial, las reseñas pasaditas de rosca pueden perjudicar el trabajo de otras personas. Ser un cretino no es una gran estrategia de marketing, así que mejor me guardo las gracietas. Y por último juego cada vez menos y, cuando lo hago, suele ser para hacer pruebas de juego de alguno de nuestros productos, que son magníficos, bien lo sabéis; pero se me hace raro estar hablando siempre de nuestro peludo ombligo. Por lo tanto... pinto muñequitos y si me da por ahí cuelgo las fotos. Es el caso de la...

¡Guardia Sepulcral! De Shadespire. Ya sé que no son una rabiosa novedad, pero tengo mis tiempos. Además, son siete miniaturas, que eso para mí es un regimiento. Decidí pintarlas de morado, un color que en mi mente es de lo más vivo, pero luego me queda siempre muy oscuro. No consigo dar con el tono, pero bueno.

Estos son los tres masillas:



Como podéis comprobar, hago unas fotos tan malas que hasta me salen los fondos de distintos colores. No me preguntéis cómo lo consigo, es un don de Dios. Luego tenemos a los esqueletos con nombre:

El segador.

El campeón.

Y el príncipe de nosequé movidas.

Y el jefazo:


El esculpido de la capa es una pasada. Mira que los de Games Workshop me caen gordos y el reglamento de sus juegos me parece un horror (salvo contadísimas excepciones, como el Shadespire), pero hay que reconocer que trabajan el plástico como nadie.

Y por último la foto de familia, para que se vea gente:


Madre mía, qué fotos más malas hago... Ni con filtros... En fin, ya solo me queda hacerles una baraja e intentar aprender a jugar con ellos sin darle un chorro de puntos de victoria a mi adversario por todos los esqueletos que desmonta durante la partida.

martes, 17 de marzo de 2020

Proyecto Saga: Vikingos vs Anglodaneses, la batalla de Grömenagüer

¡Lo conseguí! He terminado de pintar las 78 miniaturas de 15mm que conforman mis dos bandas de Saga: 78 minitauras, 41 Vikingos y 37 Anglodaneses. Todas muy, muy feas. Las únicas que se salvan un poco son la caballería bretona de Essex; pero yo creo que es por los caballos, que están bastante decentes. Para celebrar tamaña gesta jugamos una partida. El tapete lo mandé hacer a medida, ahora no me acuerdo dónde, pero fue bastante barato. La casa es de 4Ground (¡ENLACE!), que tiene una serie de 15mm. Los arbolicos los pedí por Amazon y los monté sobre una peana de movimiento de unidades, para poder quitarlos y ponerlos si molestan a la hora de colocar las miniaturas dentro. Y el sembrado es un trozo de cartón de una caja de huevos que ya adecentaré un poco. En general, mi sensación es que todo es más fácil y rápido de hacer en 15mm.

El campo de batalla en todo su minúsculo esplendor.

La casita. Aquí vive la abuelita, que está malita.

El bosque tenebroso y el terreno con matorrales también tenebrosos.

Flanco derecho de los vikingos.
Aquí están los berserkers, comiendo setas antes de la batalla.

Y aquí el flanco izquierdo, con la leva de arqueros reguleros.

Y aquí mis dados y reglas de medir caseros y un pinchito que me preparó mi hija.

Para ser nuestra primera partida a 6 puntos, con unidades especiales y mercenarios, la cosa fue rápida y fluida. El reglamento es bastante sencillo, y son las hojas de facción las que le dan locos giros a la batalla. Como era de esperar, los vikingos de mi hijo me aplastaron. La caballería no pudo ni decir "Hola, ¿te gusta mi burra?" antes de que los berserkers la dejaran hecha carne mechá. Solo pude remontar un poco cuando empecé a enteder mi hoja de facción y envié al caudillo en persona a repartir amor con la habilidad Señor de las Islas. Intentaré aprovechar la cuarentena para jugar alguna otra partida y ya estoy dándole vueltas a cuáles serán las siguientes bandas. No sé si tirarme a Bizantinos o meternos en la Edad de la Magia, que la serie Demonworld de Ral Partha es bastante buena.

Un sacerdote de 15mm de Demonworld dando el alto
 a uno que se salta la cuarentena.

Comparativa con un vikingo de Baueda.
Las minis de Demonworld salen bastante bien paradas en el horrorómetro.
Por lo menos tienen cara.